Con un tono jocoso, soez y directo, y fiel al habla coloquial estándar de Guatemala, EL ELEGIDO reúne los testimonios de las personas que vivieron y conocieron a Bartolomé López, borracho incurable, huraño y solitario que, sin esperárselo, de la noche a la mañana se ve involucrado en una serie de sucesos que superarán su mendicidad y su alcoholismo: drogas, prostitución infantil, abusos sexuales, violencia y muerte. Más allá de una novela de personajes y/o de un cóctel lingüístico de lo vernáculo, se trata de una historia propia de la marginalidad y del sufrimiento; una suerte de cuadro de costumbres para lectores sin prejuicios.
Primera edición: Bubok, 2011.
Segunda edición: Alas de Barrilete, 2012
Diseño de portada: André Gribble
Introducción: Byron Quiñónez
REACCIONES
El libro me lo devoré el fin de semana, lo considero una lectura obligada de acá en adelante. Utilizando un lenguaje coloquial al estilo de su blog Mula que es uno, nos cuenta las andanzas y peripecias de un muchacho convertido en chara, a quien la vida le juega una serie de pasadas narradas desde la óptica y el lenguaje de varios de sus personajes, a cual más interesante. El que alguien se atreva a hablar de esa Guatemala de comemierdas, de los buscasuertes y buscamuertes me parece una hazaña, siempre he tenido una real admiración por quienes escriben cantan o hablan acerca de los locos, los borrachos, los huecos, las lesbianas, las putas, los miserables marginados pues. (...) Decía Dante Liano, palabras más o menos, que al escribir hay que moverle el piso a lo tradicional, empezando por los rancios escritores locales, Rafa lo logró con creces. [MARIO VARGAS BRAGHIROLLI]
Las situaciones por las que Bartolomé pasa son sórdidas, tal y como corresponde a su vicio, pero no hay en la novela ningún dejo de denuncia social, al menos no en la forma como tradicionalmente se expresa en la narrativa guatemalteca, aún a pesar de lo difícil que debe haber sido para el autor el hiperrealismo de los sucesos. En ese sentido, 'El elegido' se inscribe en cierta estética de la narrativa recientemente escrita en Guatemala, la de 'Mariposa traicionera', de Franz Galich, 'Completamente inmaculada', de Francisco Alejandro Méndez, 'Retrato de borracho con país', de Eduardo Juárez, 'Días amarillos', de Javier Payeras, 'El perro en llamas', de Byron Quiñónez y algún que otro título contemporáneo que escapa a la memoria”. [CÉSAR RAMIRO GARCÍA]
La novela, según se practica en 'El elegido', registra la vida que bulle con efusión propia en los sectores populares, antaño el resguardo de las tradiciones, hoy arruinados. Instalado desde hace algunos años en Madrid, Rafael rehace a larga distancia el habla del mestizo guatemalteco residente en ciertos sectores de la capital. Y reta la disposición según la cual el relato en español debe escribirse de modo que pueda entenderse aquí y en San Pedro de Macorís, Barquisimeto y Pedro Juan Caballero. [EDDY ROMA]
Una novela cruda acerca de los estratos bajos de la sociedad guatemalteca de la urbe capitalina. Rafael no se tienta el alma para dibujar realidades grotescas y chocantes. No sé si el objetivo inicial era denunciar la podredumbre en la que vivimos los guatemaltecos, ni las duras realidades que vive la gente de pocos recursos, pero la obra cumple ese otro objetivo de la literatura realista, la de enseñarnos cómo somos. [JOSÉ JOAQUÍN LÓPEZ]
Acabo de terminar de leer "El elegido" del escritor guatemalteco Rafael Romero. Y si usted es chapín/a, tiene que leerlo. La vida de Bartolomé López, un tipo algo alto, pálido y delgado, por no decir entelerido lo va a capturar desde la primera página. Rafael es fiel al habla vernácula de Guatemala y en algunas escenas les juro que se verán —nos veremos— pintaditos o encontrarán más de algún espejo. Ojo, esta lectura es para gente de mente abierta, sin tapujos ni prejuicios. Lo/a hará reír pero también lo/a hará reflexionar, analizar y conectarse con las normas sociales y culturales de nuestra Guatemala. Un libro con pensamiento crítico sobre nuestra realidad. [MISLA BARCO]
Cargada de chapinismos y sus respectivos clichés, la novela mantiene una narrativa ágil y rítmica a pesar de lo pesado y sufrido de la trama, es a través de un lenguaje coloquial bastante explícito que el lector no se aleja en ningún momento del retrato nacional, lo que mantiene viva la lectura. La cantidad de personajes que interceden en la historia enriquecen la trama principal, lo que al principio parece una serie de eventos desafortunados, alimentan la tragedia del final. Llena de sexo, drogas, violencia y un lenguaje que no escatima en detalles, El elegido nos lleva entre el dolor y la pestilencia de una ciudad fracturada. [ALEJANDRO GARCÍA]
En “El elegido”, Rafael Romero teje, cual arácnido, una casi invisible pero ineludible red pegajosa y efectiva. Lentamente, como quien no quiere la cosa, nos envuelve con la musicalidad del lenguaje coloquial de su narración hasta que las alas de nuestra mente ya no se pueden liberar. Magistral y sutilmente, nos inmoviliza con la fuerza de las imágenes evocadas y sus personajes, tan bien logrados y familiares, que de pronto nos parecen viejos vecinos. [BYRON QUIÑÓNEZ]
El lenguaje me golpeó de entrada. No hay forma de eludir el impacto. Son las palabras de una Guatemala en la que habito, pero que me es ajena. El país con el que colinda toda esa ortodoxia heredada con la que me visto y me maquillo en las mañanas. De la que reniego, sépase bien, pero que llevo atada a los tobillos. Salvado el encandilamiento inicial, me di de frente con la perturbación. Imágenes brutales exquisitamente narradas por un Rafa Romero que ya me había enganchado desde la página 16 de su "Génesis y encierro", pero menos propensas a la elegancia de sus cuentos. La truculencia de una ciudad con mugre en el alma y el olor a orín emanando en la prolijidad de sus descripciones. Y un Bartolo tan humano que provoca salir a buscarlo en cada esquina de la otra Guatemala. "El elegido" viene con su carga de realidad a mordernos el hombro, para hacernos saber que ese país aún existe y duele. [MARU LUARCA]
Rafael recurre a inventar palabras, a reescribirlas a hacer un lenguaje del oído, muy sonoro y críptico acaso para aquel ajeno a la realidad nacional. Es argot per se, y como todos aquellos que nos dedicamos a las comunicaciones sabemos, es allí donde precisamente, en el argot, en que se generan los cambios en los idiomas. La Real Academia Española lo sabe. Por lo tanto, el esfuerzo lingüístico realizado en esta novela se agradece y se admira, porque logra mantener el flujo rítmico a través de sus siete capítulos delirantes, de las voces narrativas que allí aparecen. La vida de los personajes se debate en ese juego de palabras tan costumbristas chapinas que todos, sin excepción, las hemos dicho, escuchado, asimilado y reído al verlas utilizadas en ciertos contextos. [JUAN PABLO DARDÓN]
Recién terminé de leer "El elegido", novela escrita por Rafael Romero y es imposible llegar a una conclusión más franca y descriptiva: Rafael escribió nada más y nada menos, la novela más guatemalteca de estos días; no de la Guatemala de los fines de semana en La Antigua o de paseo por Cayalá; escribió sobre la Guatemala de la gente que parece "común y corriente", pero que tiene más historias y tragedia sobre la espalda que la mayoría de quienes nos la llevamos de intensos. Es un cóctel de tragedias, aberraciones y sucesos de los que normalmente volteamos el rostro, para no sentir el asco y reconocer que ahí también se refleja parte de nuestra esencia, lo que somos, sin querer o sin poder hacer algo por ello. Algunos se limitarán a decir "el libro ése lleno de malas palabras y vulgaridades"; yo solo digo: el libro ése, bofetada y cubetazo de agua fría para las mentes cerradas y las narices respingadas. [WILLIAM AJANEL]
Pues bien, la novela El Elegido, de Rafael Romero, en medio de su jerga barriobajera y muy chapina, va describiendo con lujo de detalles esa otra mitad, la “mejor no visible”, de la sociedad guatemalteca y reflejando en ese retrato oculto, el pacto mágico que hace posible que unas clases sociales, las élites privilegiadas, vivan su vida impoluta, sin sobresaltos, rosaditos, sanos y seguros, encerrados en sus burbujas, mientras del otro lado cuenta con el reflejo de sus verdaderos pecados, ese retrato mágico que describe Rafael Romero, donde pululan las clases bajas con todas las pestilencias sociales imaginables, en esa mezcla sórdida de violencia, sexo, suciedad, hediondez que les va corrugando aceleradamente, mientras aquellos, los Dorian Gray privilegiados, aprietan el acelerador en su viaje hacia la felicidad, el placer, la buena vida, lo sano, lo “muy chapín”, la eterna juventud de la Guatemala esplendorosa, la juventud de nuestras ciudades latinamericanas. [CARLOS LUCAS ARÁUZ]
¿Cuál es la función de la literatura entonces? Presionar. Y este libro lo hace con las uñas largas y sucias. Las inserta y presiona sin remilgos en las heridas abiertas de una sociedad que produce seres marginales a los que no les pasa nada porque les pasa de todo (Juan Pablo Dardón). Seres a los que al tenerlos frente y dados sus “olores” y sus historias, preferimos ver y oler en otras direcciones. Es que repito, nadie le dice a sus seres queridos: -mirá vos, qué bonita es la mierda. Y si nos lo dijeran, uno no contesta: -Simón, y tan rico que huele vaa. Pero ojo, este libro inserta las uñas y presiona de una manera tan precisa que muchos podrían o van a confundirlo con morbo. [ENGLER GARCÍA]
El tiempo en esta obra me llevó a pensar en Luis de Lión, no porque Romero sea un escritor luisiano (esto no lo podríamos decir, si algo es característico es que él ya tiene su propia voz) sino por la forma en la que nos deja con la intriga de Bartolo y a la vez nos habla del Tuco, el hijo de cantinero; luego nos deja enganchados con el Tuco y la Carmen, la vieja divorciada, bien galana, dirían las viejitas, que aparece para calentarnos, pero solo el oído. Romero logra hacer ambientes separados para actos que se unen. A diferencia de Luis de Lión en el “El tiempo principia en Xibalbá”, los actos no sólo se unen sino que también suceden, porque aquí no fue el viento, fue Bartolo y el Tuco los que unen todo. La fantasía dentro de esta cruda ficción tiene cabida cuando Bartolo descubre la voz dentro de él, que le hace decir que es “El elegido”, la voz que al final tiene un gran significado, una voz que al final no es producto de la locura y nos hace pensar de nuevo sobre la línea del bien y del mal. [ALEJANDRO SANDOVAL]
Un librazo que nos lleva a esquinas oscuras de nuestra propia mente, personajes tan bien hechos en un par de líneas sin necesidad de restarle el ritmo a la propia historia, una decadencia tan palpable por lo vívido de las imágenes que se crean al momento de leer cada capÍtulo e imaginarse estar al lado del protagonista. El relato en sí es como un golpe que no ves hasta que ya pasó. Un final tan impredecible, me gusto mucho la verdad. Literatura cruda que tanta falta hace, de lo mejor que he leído en mucho tiempo. [ROBERTO DÍAZ]
“No,
usté no entiende ni se imagina nada. Usté está del otro lado”, esto lo
dice Bartolomé Jesús Ledesma López hacia el final del libro, y el
elegido se vuelve uno. El diálogo del capitán Kurtz en Apocalypse now
termina cuando Marlon Brando le pide al capitán Willard que le cuente a
su hijo por qué él hizo lo que hizo, por qué se sumergió en el horror,
entonces, salvadas la distancias, todos tratamos de contar esa historia,
todos hacemos, o tratamos de hacer lo que Coppola hace, lo que Joseph
Conrad hace en el Corazón de las tinieblas, lo que Rafael Romero hace en El elegido, lo que Homero quiso hacer cantando “Canta,
oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó
infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas
de héroes, a quienes hizo presa de perros”, tratamos, como podemos, con lo que tenemos, con lo que nos sale, cantamos al horror que, en definitiva, no nos abandona. [JULIO SERRANO]
ENLACES
MAGACÍN S21 (Suplemento cultural de Siglo 21, Guatemala, Mayo 8, 2011, reseña a cargo del escritor Eddy Roma)
PRENSA LIBRE (Diario periodístico, fragmento de conversación con el escritor y periodista José Roberto Leonardo, Guatemala, Mayo 13, 2011)
EL CHEPITO (Bitácora del escritor guatemalteco José Joaquín López, Guatemala, Mayo 16, 2011)
TELESCOPIADOS (Blog del poeta guatemalteco César Ramiro García, Guatemala, Junio 10, 2011)
ESQUISSES (Espacio de difusión cultural y artística, Guatemala, Noviembre 6, 2012, reseña a cargo de Alejandro García)
PUBLINEWS (Diario internacional de Metro, Guatemala, Octubre 22, 2012).
REVISTA D (Suplemento dominical de Prensa Libre, Guatemala, Diciembre 2, 2012. Págs. 22-23)
MAGACÍN S21 (Suplemento dominical de Siglo 21, Guatemala, Diciembre 9, 2012. Pág. 14, fragmento de un capítulo inédito no publicado en El elegido)
TE PROMETO ANARQUÍA (Revista antológica de letras y arte emergente de Guatemala, Enero 4, 2013, reseña a cargo de Mónica Navarro)
LA HORA (Diario periodístico, suplemento cultura Revista de Libros, Enero 25, 2013, reseña a cargo de Tania Hernández)
LA SENDA DEL NÓMADA (Blog personal de escritor guatemalteco Julio Prado, Diciembre 26, 2012, comentario)
MIS LIBROS GUATEMALTECOS (Espacio de difusión de publicaciones literarias guatemaltecas, reseña a cargo de Tanía Hernández)
LITERATURA LIBRE (Revista mexicana de literatura, arte y difusión cultural, Enero 31, 2013, reseña a cargo de Tania Hernández)
FE DE RATA (Bitácora del escritor y periodista guatemalteco Juan Pablo Dardón, Febrero 1, 2013, reseña)
DÍA-LOGOS (Bitácora del escritor nicaragüense Carlos Lucas Aráuz, Febrero 1, 2013, reseña)
PLAZA PÚBLICA (Periódico digital e independiente guatemalteco, columna del escritor Engler García, Febrero 4, 2013)
SIN TECOMATES EDICIONES (Blog de dicha editorial, reseña del poeta y editor Alejandro Sandoval, Marzo 3, 2013)
FELLINADA (Blog del poeta, escritor y gestor cultural Julio Serrano, Octubre, 2013)
AGORA NEWS (Agencia española y productora de vídeos online, responsable de la transmisión en streaming de la presentación del libro, Diciembre, 13, 2012, vídeo completo).
PUNTOS DE VENTA
SOPHOS Fontabella - Casa del Libro (interior Casa Cervantes) - La Lancha (La Maison de France), Museo Ixchel, Librería Marquense y Bookstore de Café Condesa (Casa del Conde, Antigua Guatemala).